"Tetra", "cortamambo" y "bombazo", la jerga nacional en el diccionario
La Academia Argentina de Letras (AAL) lleva ocho años trabajando en una lista que se convertirá en la edición número tres del diccionario del habla de los argentinos. Cuenta con 1.111 argentinismos y 328 modismos habituales. Su publicación tendrá lugar en 2017.
Argentina es una nación rica en muchos aspectos, pero se destaca por ser dueña de una amplia lista de palabras que son denominadas “argentinismos”, regionalismos. Desde el lunfardo – que adorna más de un tango y a la vez se respira en cada conversación- hasta la llamada jerga “de la calle” han creado, quizá, un nuevo lenguaje en el país.
Esta evolución o retroceso – dependiendo del punto de vista con que se lo mire- es producto de los cambios culturales del país. De la crisis social a la espectacularización de la vida cotidiana, todo ha dejado sus huellas en el lenguaje y en la adopción de nuevos términos que se hicieron populares.
Por ejemplo, una nueva adhesión al diccionario de la AAL fue “carpetazo”, la cual significa: “Difusión de información comprometedora sobre una persona, en particular un funcionario público o un militante político y a partir de datos provenientes de una carpeta”.
Nuevos términos como “cartonear” o “farandulero” ya son utilizados de manera constante, incluso hasta los medios suelen apropiarse de estos términos para catalogar algún fenómeno de manera que la palabra luego se instaura definitivamente.
Algo que influyó fuertemente fue la cuestión de género. En la actualidad se agregan formas femeninas o masculinas para ocupaciones laborales que antes eran territorio exclusivo de un sexo, manifestó Clarín.
El diccionario define a quien maneja un micro como “colectivero, ra”. También, agrega la forma masculina “maestro jardinero” y la femenina “relatora”.
Los encargados de hacer un relevamiento por las nuevas formas que ha adoptado el español son cinco investigadores lexicográficos de la AAL, los cuales realizaron una tarea minuciosa.
Santiago Kalinowski, director de Investigaciones Lingüísticas de la asociación expresó en el medio nacional que la modalidad de trabajo consistió en monitorear la literatura recién impresa, los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales siempre en ebullición para capturar las expresiones jóvenes que ganaron espacio en los discursos. “Cada uno de nosotros escucha con atención conversaciones por la calle y en el transporte público, para después averiguar si ya se trata de voces de uso común”, dijo.
Con respecto a la afirmación de si se está hablando “mejor o peor” el presidente de la AAL, el filólogo José Luis Moure, comentó al respecto: “con independencia del diccionario, la informalidad y mayor recurrencia del hablante medio a expresiones coloquiales o más crudas es una marca de los últimos tiempos”.
“El periodismo, aun el escrito, además de las innovaciones exigidas por nuevas realidades científicas, tecnológicas, económicas y culturales, ha incrementado el empleo de expresiones coloquiales y de registro bajo. La sociedad ejerce menor censura frente a ellas”, agregó.
También hizo hincapié en el concepto de “mala palabra” y planteo que eso ya no estaría tan delimitado.
Al parecer se nota una mayor flexibilidad en cuanto a la utilización de la lengua española.
La AAL es una de las 23 academias que estudian el español en los países de habla hispana y a la vez es una de las que más aporta regionalismos a las actualizaciones del Diccionario de la Real Academia Española.
Lo cierto es que estos nuevos modismos forman parte del patrimonio cultural de cada nación y son un elemento fundamental en la construcción de la identidad de los pueblos.
La tercera edición del diccionario del habla de los argentinos se publicará el próximo año y podrá encontrarse en las librerías del país.
Algunos términos que incorpora el diccionario.
Cortamambo: Que arruina el clima positivo o el entusiasmo por hacer algo, aguafiestas.
Poguear: (De pogo). Saltar, empujarse y chocar al ritmo de música rock.
Surtir: Dar repetidos golpes a una persona.
Comer: No ~se una. No obrar con ingenuidad.
Noventoso, sa: Que es propio de los años noventa del siglo XX o que los evoca.
Boquear: Alardear, por lo común sin fundamentos.
Mandonear: Mandar alguien con excesiva vehemencia, tratando de imponer más autoridad de la que le corresponde.
Chumbazo: Disparo de arma de fuego. En deportes como el fútbol, envío violento de la pelota.
Banana: Embarcación inflable de recreo remolcada por una lancha y en la que los bañistas van montados.
Bombazo: En el fútbol: tiro muy potente.
Farolero, ra: Demasiado llamativo, ordinario.
Cabedor, ra: Que posee un óptimo aprovechamiento del espacio.